Historias: Stories of El Paso - Virtual Exhibition
Historias: Stories of El Paso - Virtual Exhibition

Historias: Stories of El Paso - Virtual Exhibition

Nací en Cd. Juárez en diciembre de 1953. Fui la séptima de doce hijos. Mis padres también tenían a sus tíos y tías viviendo con nosotros. Nuestra casa era acogedora y cálida y llena de gente. Mi madre también tenía la tarea de alimentarnos a todos tres veces al día. Mi padre era dueño de una panadería y mi madre ama de casa. Mi padre le llevaba a mi madre todas las monedas de las ventas de la panadería. Recuerdo que enrollaba centavos, monedas de diez centavos, níqueles y cuartos en rollos. Mi madre iba de compras a El Paso con 4 ó 5 dólares en monedas. Muchas veces acompañaba a mi madre en sus viajes de compras. A finales de los años 50, el autobús rojo tenía una ruta de El Paso a Juárez. Teníamos suerte de que una de las paradas del autobús estaba a una manzana de nuestra casa. Íbamos al edificio Kress donde mi madre buscaba los artículos de su lista. Me dejaba quedarme en las mesas con montones de ropa para niños. Me encantaba mirar toda la ropa hasta encontrar un par de pantalones cortos o un vestido. Mi madre nunca dijo que no a mis peticiones. Cuando sobraba dinero, nos invitaba a tomar un helado en la heladería Kress. Por último, cruzábamos la calle para ver los caimanes vivos en la plaza (Plaza de los Lagartos, conocida por los mexicanos). Luego, caminábamos hasta el sótano de la plaza para usar los baños antes de ir a casa. Recuerdo vívidamente mi primera visita a El Paso. Las calles anchas, los hermosos edificios y la plaza me impresionaron. Quedé hipnotizado y asombrado cuando vi por primera vez a una niña de mi edad con el pelo azul y rubio en la plaza. Nunca había visto pelo rubio ni ojos azules. También vi a una elegante señora mayor con un bonito peinado, maquillaje, un vestido floral justo debajo de las rodillas con medias transparentes que mostraban sus piernas. Pensé: "Me gusta este país, aquí es donde quiero vivir". En México mientras crecían, las mujeres mayores llevaban enaguas largas y oscuras, una blusa sencilla y generalmente con un delantal. Sin maquillaje y con el pelo largo siempre en una o dos trenzas. Por suerte para mí, me vine a vivir a El Paso a la edad de nueve años. Me convertí en ciudadana estadounidense en 1966 a la edad de 12 años. Me mudé a California, viajé a Japón, Alemania y Francia. Pero siempre extrañé mi hogar. Volví a El Paso en 1975, donde terminé mi carrera en la UTEP, conocí a mi marido y formé una familia. Nunca miré hacia atrás.

Área: Central / Downtown

Fuente: RPN

Cargado por: El Paso Museum of History

Comentarios

Hacer un comentario
Gracias por su comentario

Reportar esta entrada

Elige la razón más importante para este reporte

Tu nombre

Tu correo electrónico

Detalle opcional

Gracias por su reporte

Más sobre la misma comunidad-colección

Photography by Luz Magallanes (Luz Wolf)

There is nothing more pleasing and rewarding than witnessing the ...

Photography by Magali Carrillo

There is nothing more pleasing and rewarding than witnessing the ...

Photography by Magali Carrillo

There is nothing more pleasing and rewarding than witnessing the ...

Photography by Manuel Schydlower

There is nothing more pleasing and rewarding than witnessing the ...

Photography by Manuel Schydlower

There is nothing more pleasing and rewarding than witnessing the ...

Photography by Marcela Idaly Flores

There is nothing more pleasing and rewarding than witnessing the ...

Photography by María Cano

There is nothing more pleasing and rewarding than witnessing the ...

Photography by Maria G Carbajal de Dominguez

There is nothing more pleasing and rewarding than witnessing the ...

Photography by Mario Mendoza

There is nothing more pleasing and rewarding than witnessing the ...

Photography by Mario Mendoza

There is nothing more pleasing and rewarding than witnessing the ...

Photography by Matthew Ibarra

There is nothing more pleasing and rewarding than witnessing the ...

Photography by Matthew Ibarra

There is nothing more pleasing and rewarding than witnessing the ...

Photography by Mauro Jasso López

There is nothing more pleasing and rewarding than witnessing the ...

Photography by Mauro Jasso López

There is nothing more pleasing and rewarding than witnessing the ...

Photography by Mauro Jasso Vasquez

There is nothing more pleasing and rewarding than witnessing the ...

Photography by Mauro Jasso Vasquez

There is nothing more pleasing and rewarding than witnessing the ...

Photography by Mel M. Adams

There is nothing more pleasing and rewarding than witnessing the ...

Photography by Mel M. Adams

There is nothing more pleasing and rewarding than witnessing the ...

Photography by Michael Mendiola (Strange Studios Photo)

There is nothing more pleasing and rewarding than witnessing the ...

Photography by Michael Mendiola (Strange Studios Photo)

There is nothing more pleasing and rewarding than witnessing the ...

photography by Michelle Remes

There is nothing more pleasing and rewarding than witnessing the ...

Photography by Michelle Remes

There is nothing more pleasing and rewarding than witnessing the ...

Photography by Miguel Ramírez

There is nothing more pleasing and rewarding than witnessing the ...

home.search_collection